viernes, 11 de junio de 2010

Las esperanzas se agotan: Guillermo Fariñas no debe morir.

Por Mercedes García

Según las fuentes, Guillermo Fariñas comenzó su huelga el 24 de febrero de 2010, huelga que lleva ya más de 100 días sin que el régimen cubano haya mostrado ni la más mínima intención de concederle sus reclamos.

Las pocas esperanzas que pudieran haber surgido a partir de la reunión llevada a cabo en la tarde del día 19 de mayo entre Raúl Castro, Caridad Diego Bello, Jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del partido comunista, el Cardenal Jaime Ortega Alamino, Arzobispo de La Habana y Monseñor Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, se han ido disipando.
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En aquel entonces, el propio cardenal cubano Jaime Ortega calificó dicha reunión como “positiva” y dijo que como consecuencia de la misma esperaban algunas liberaciones de presos políticos, especialmente “los más enfermos”. “Aspiramos a eso y con respecto a los enfermos, lo esperamos", declaró Ortega al ser consultado sobre una posible excarcelación de presos políticos. Igualmente el cardenal indicó que la Iglesia estaba interesada en que se produjera un alivio general de la situación de los presos y esto con amplitud, incluyendo no sólo los enfermos, aunque los enfermos en primer lugar".

Guillermo Fariñas, por su parte, indicó sentirse escéptico y expectante con los resultados de la reunión. “Cuando vea que se produzcan todos esos pasos, veremos”, añadió para luego reiterar que no abandonaría su huelga de hambre hasta que “no se produjera la liberación de los 26 presos políticos y de conciencia enfermos”. Este reclamo, según expresó Fariñas, se hace necesario para “evitar más muertes y asesinatos como el de Zapata”. Posteriormente y al cumplir los 87 días en huelga de hambre y sed, Guillermo Fariñas declaró a la agencia de noticias AFP que estaba dispuesto a deponer la huelga al producirse, por lo menos, 10 de las excarcelaciones y la Iglesia le asegurara que existía un calendario para las otras liberaciones.

Sin embargo, y a pesar de haber pasado muy poco tiempo desde esa reunión, la iglesia Católica ya no habla de excarcelaciones, ahora sólo espera “más traslados”. Al menos eso es lo que se desprende de las declaraciones emitidas el pasado jueves por Orlando Márquez, portavoz de la Arquidiócesis de La Habana. “No hay nada que indique que el proceso se ha estancado”, expresó el portavoz para luego aclarar que “el gobierno jamás dio fechas o un cronograma”. Esto en relación al traslado de presos sin hacer ya mención alguna sobre las posibles liberaciones de presos enfermos. Las esperanzas se agotan. Guillermo Fariñas no debe morir.

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