Por Mercedes García
Hugo Damián Prieto Blanco, Gestor Nacional de Concilio Cubano fue puesto en libertad tras haber permanecido bajo arresto desde la mañana de hoy viernes, 17 de septiembre de 2010.
Según declaraciones del propio Hugo Damián, el arresto de hoy fue llevado a cabo por el Coronel Tamayo y el Mayor Eril de la Sección 21 de la Seguridad del Estado. Estos últimos le indicaron que no podrían volver a reunirse en casa de José Alberto Álvarez Bravo, vocero de la organización, sita en calle J # 104, 1er piso, apto. 10, e/ Calzada y 9, Vedado, Ciudad Habana. Esto, con motivo de que el pasado día 5 de septiembre de 2010 Concilio Cubano llevó a cabo una reunión en dicha casa burlando la vigilancia de la Seguridad del Estado en una zona considerada como “congelada”.
Ese mismo día, los asistentes a otra reunión realizada en la residencia de Hugo Damián Prieto Blanco volvieron a ser víctimas de actos de repudio y brutales golpizas por parte de agentes represores. En esa ocasión fueron golpeados nuevamente los hijos de los opositores Bladimir Alejo Miranda y Miguel López Santos, quienes se encuentran realizando una prolongada huelga de hambre con las bocas cosidas demandando precisamente que cesen los constantes abusos y golpizas en contra de sus respectivos hijos. La acción llevada a cabo el pasado día 5 de septiembre tuvo como consecuencia que también se sumara a la mencionada huelga y que igualmente cosiera su boca, Rita Chirinos Montes de Oca, esposa de Vladimir Alejo Miranda.
El Coronel Tamayo le solicitó a Hugo Damián Prieto Blanco que intercediera para que tanto Vladimir como Miguel abandonaran la huelga de hambre, a lo que este se rehusó por entender que los reclamos son justos. “Ahora mucho menos, después de la última golpiza que recibieron sus hijos el pasado día 5. Todos nos sentimos indignados por eso y nos solidarizamos con ellos”.
Los huelguistas se encuentran con la salud bastante quebrada habiendo tenido que recibir sueros en días pasados y presentando un cuadro febril debido a la infección ocasionada por el alambre con el cual mantienen sus labios cosidos.
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